Acariciando madrugadas me crucé con Pensamiento —loco y algo cohibido—.
Daba vueltas intentando aclararse sobre lo que se merece más de un revuelo; tú.
Buscaba calma en lo que debiera producir huracanes, estabilidad en el lugar donde crecen las flores y certeza en aquello definido con la palabra locura.
Me enseñó algo esa noche... A plantearme.
¿Qué estamos haciendo mal?
¿Qué busco mal?
Qué no encuentro por querer definir (in)correctamente...
Y sobretodo... Cómo se busca lo que no se comprende...
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