sábado, 19 de enero de 2013

18-01-2013

 Hacía tiempo que quería publicar la primera entrada de este blog pero nunca encontraba el momento o, mejor dicho, el tema del que hablar.
Un propósito que me he hecho para este año es escribir algunas entradas y quiero, al menos intentarlo, y buscar un poco de tiempo porque esto me gusta. Me gusta bastante.

 Total, que el otro día estaba metida en Twitter y se me ocurrió algo que poner. Decía algo así: ''¿Por qué cambiamos? y ¿cambiar es bueno?'' 
Fue una pregunta que me hice a mí misma después de ver un trozo de una película, de la que ahora no me acuerdo, y que estuve pensando. Puede parecer una pregunta tonta pero no lo es. Algunos dirán que claro que cambiamos. Sí. Físicamente está claro que cambiamos pero, ¿y en cuanto a la personalidad? 
Otros dirán que no cambiamos, que aunque parezca, siempre quedará nuestro yo anterior. Puede ser. 
Al rato, vi que una amiga me había respondido. Decía que cambiar, ya fuese malo o bueno, era inevitable.
De ahí empezamos una conversación y creo que saqué algunas cosas en claro.

 ¿Cambiamos? Sí. Sobre todo físicamente pero, ¿personalmente? También. No hay nadie que no haya cambiado nada, nada, su manera de pensar. Es más, de ahí que se diga que la gente ''madura''. Yo he ido formando poco a poco una idea y, para mí, cambiar es bueno.
Bueno y voluntario. Es decir, una persona no está obligada a cambiar. (¿O sí?) Las situaciones que vive o la gente que se lo pide son las cosas que le hacen ver la realidad de una nueva manera. Si tal como eres te ha ido bien pues seguirás siendo de la misma forma. Pero si ves que te estrellas contra un muro que no puedes pasar, cambiarás tu manera de comportarte.
Mi amiga me preguntó que si eso se consideraba cambiar voluntariamente ya que eran las distintas experiencias las que te obligaban. Y le contesté que sí. Porque tu podías seguir siendo de esa forma aunque las cosas te fueran mal.
Al final, en lo único en que nos poníamos de acuerdo era en que los cambios nos dan miedo. ¿Por qué? No lo sé. Tal vez porque es una manera de desviar el camino de todo aquello que sabías hacer. Todo aquello a lo que estabas acostumbrado. Y porque nunca podemos saber que habrá tras el cambio. Sí, los cambios nos dan miedo. Y a veces mucho.
 Yo, he de admimtir, le tengo miedo al cambio. Y más este año: 2º de Bachiller. Acabo una etapa y empiezo otra totalmente nueva. Tendré que hacer cosas que nunca he hecho antes y tendré más responsabilidad. Mis amigos cambiarán y puede que incluso el sitio donde vivo. A ellos les pasará lo mismo. Y a cientos, miles e incluso millones de personas más. Y aún así, sé que podré contar con alguna gente y que muchas cosas no cambiarán. Porque como nos dijeron en filosofía, ''en todo cambio, hay algo que permanece''.
Y ahora la pregunta sería, si algo permanece, ¿nunca cambiamos del todo?